RECONOCE TU MAGNIFICENCIA

Posted by : Dra. Rebeka Piña domingo

RECONOCE TU MAGNIFICENCIA
Por Dra. Rebeka Piña

Con mucha frecuencia no reconocemos nuestra propia grandiosidad, nuestra magnificencia y lo extraordinariamente valiosos que somos. Quizá lo siguiente sirva para apoyarte a reconocerlo:

En el principio había la Existencia–Una, sola, sin nada más. Él, el Uno Único, pensó a sí mismo: “Que yo sea muchos, que yo crezca”. Así de sí mismo él proyectó el universo: y habiendo proyectado de sí mismo el universo, él entró en cada ser. –Los Upanishads

Cuando has afirmado tu unión con el bien, puedes conducir tus asuntos cotidianos sin sentir ansiedad, conociendo que la Ley está trabajando para ti.

– E. Holmes, Esta Cosa Llamada Tú

Afirmar tu unión con el bien significa afirmar tu relación con el Infinito, con Dios, tu Fuente, la Vida dentro de ti y dentro de cada ser. Esta relación es una muy personal y dinámica, porque eso que es la Fuente, eso que llamamos Dios, nos creó de Su propia substancia.

Se nos ha dicho que el Infinito entró en ¡CADA UNO DE NOSOTROS! No creo que podamos encontrar una declaración más sólida que esa de que somos Substancia-Divina. Piensa lo que esto puede significar para ti. Por ejemplo, digamos que estás enfrentando una situación muy dolorosa que sientes que no puedes manejar, y que estás VERDADERAMENTE asustado (puedes agregar con tus propias palabras lo que defina “asustado” para ti) Ahora considera esto –qué tal si en medio de tu estrés emocional y confusión, te recordaras a ti mismo esa maravillosa declaración de los Upanishads –“él entró en cada ser”. Pero, hagámosla aún más personal diciéndonos a nosotros mismos –“él entró en mí” ¡ÉL entró en MÍ¡ Yo soy la substancia de Dios, bendecido con todos los atributos que yo creo acerca de Dios! Yo soy sabio. Yo soy amoroso. Yo soy amado. Yo soy talentoso y creativo. Yo soy agradable a…. bueno, a Dios, y por lo tanto al mundo. La lista podría ser interminable, ya que Dios es interminable.

¡No esperes un minuto más para comenzar a alabar a Dios alabándote a ti mismo! Como un pequeñísimo ejemplo, cualquiera de nosotros que ha sido madre o padre, se siente maravillosamente bien cuando escucha a otra persona alabando a su hijo. Si Dios fuera semejante a un ser humano, que sabemos que lo no es, piensa cuán bendecido estaría de oír a Su creación, el galardón de Su Corazón, siendo alabada por lo grandioso que es (QUE SOMOS). EL Universo se elevaría y cantaría jubilosamente sobre el hecho de que la Verdad por fin se ha proclamado y ha sido aceptada. Yo soy maravilloso. Yo soy grandioso. Yo soy valioso. Yo soy una bendición para el Universo. Yo soy bendecido. Shhh… escucha ¿escuchas esos alegres sonidos? TÚ los causaste. Tú le diste a Dios un motivo para regocijarse. ¿No te sientes bien también tú? ¡Claro que Sí!

AFIRMACIÓN: YO SOY MARAVILLOSO. YO SOY UNA BENDICIÓN PARA ESTE MUNDO. AHORA PUEDO DAR MI AMOR A TODOS. ALABO LA VERDAD, Y PUEDO DARME CUENTA DE LA MARAVILLA DE ESTE MUNDO. ¡QUÉ ALEGRÍA ES SER YO!... ¡Y ASÍ ES!